Escuche sobre el término Sub Rosa, Bajo la Rosa; se trataba de una expresión y una señal que se usaba en la antigüedad para denotar secreto, algo oculto y/o confidencial. Se usaba en eventos del estado, donde se discutían temas que no podrían ser replicados fuera de ese lugar. En los techo de estos lugares se estampaba un rosa gigante como símbolo silencio, era una señal que indicaba que todo lo que se iba hablar allí era un secreto que no podría ser desvelado. Pero, no solo se uso este término para este tipo de eventos. Este símbolo también fue usado en la antigüedad por mucho para cometer actos terribles. Los feudales en la época medieval colgaban una rosa en la manija de la puerta de habitaciones de niños y niñas que serían violentados. Los guardias no podían intervenir y auxiliar a los niños/as aunque escucharan sus gritos, ya que debían respetar el símbolo de la rosa. Lo que pasaba bajo la rosa debía quedar bajo la rosa. Y es de aquí que sale es eslogan utilizado para promocionar los viajes a las Vegas ; “lo que pasa en las Vegas se queda en las vegas”.
Y todo eso de la frase bajo la rosa, nos habla de los secretos que todos llevamos en nuestro interior y que ocurrieron en la niñez. No sólo habla de abusos sexuales, también encierran los traumas que han causado los gritos, las palabra hirientes, los insultos, los apodos, la negligencia, el abandono, cualquier otro tipo de abuso que se haya vivido de pequeño. Pero ese pequeño, hoy, es un adulto que cada vez que enfrenta una situación que le hace recordar, sentir y revivir lo que vivió de niño, se defiende de la misma manera que aprendió en la etapa donde era débil, pequeño, e inocente.
Por esta razón, vemos personas que se enojan por todo y con todos, personas que gritan, maltratan y humillan. Se sienten superiores y mejores a otros por su fuerza física, por su poder financiero, por su posición social, por su formación académica, por los logros y reconocimientos obtenidos. Es por la misma razón, que otras personas usan comportamientos o tienen sentimientos de inferioridad, incapacidad, y victimismo, para defenderse de situaciones inesperadas, que no entienden o no pueden controlar. Logrando con todo esto, resultados que no desean y luego aparecen las lamentaciones, las frustraciones y los sentimientos de tristeza, culpa y vacío que no pueden ser entendidos, y que dejan a la persona en un estado de desesperanza, sin saber que hacer, y como entender la vida y la existencia.
Aunque se quiera ocultar la vergüenza, la tristeza, el dolor, la oscuridad de los sufrimientos y traumas de la infancia con finas y elegantes ropas, con títulos académicos, ocupaciones, reconocimientos, condecoraciones, maquillaje, perfumes caros, cirugías, posiciones sociales y carteras llenas de dinero, la verdad es que es imposible, pues los adultos con sus reacciones y comportamientos dejan ver al niño/a herido que llevan dentro. Aunque se haga un esfuerzo por aparentar que todo está bien, es inevitable no escuchar los gritos de dolor, que cuentan lo que quedo silenciado bajo la rosa.
Todos somos diferentes, por lo tanto respondemos a las enseñanzas y a los traumas indistintamente. Todo lo que se ha vivido y ha quedado bajo la rosa debe salir a la luz. Hablar de lo que duele, permite que la vergüenza, la tristeza, el dolor, la oscuridad no sean más. En consecuencia, este camino nos lleva a poder compartir el maravilloso jardín que llevamos dentro de nosotros. Un jardín florecido, colorido, fragante y bello, que no esconde las ramas quebradas y secas, sino que luce todas sus partes, pues, entiende que todo esto hace parte del paisaje. Lo que digo es que debemos compartir nuestras vivencias con orgullo y sin miedo; porque todos sin excepción, aquí ningún adulto se salva de la niñez, todos tenemos un secreto, una historia, un trauma, un dolor y solo si los liberamos, dejaremos libre al niño/a y al adulto que hoy somos. Seremos más felices y enseñaremos a otros que también poseen un precioso jardín digno de ser compartido!
Dios nos creo “maravillosamente complejos” (Salmos 139:13-14). Nos creo con un propósito y nos deja vivir experiencias que no entendemos para formar nuestro carácter. Esto nos lleva a crecer en nuestra Fe y comprender la importancia de depender de Él. Confía en Dios, pues Él tiene la capacidad de regalar coloridas salidas a opacas experiencias.
Te invito a meditar estos versículos bíblicos y usar las diferentes herramientas del arte terapia para comprender mejor tus experiencias pasadas y logres un mejor presente. Puedes pintar tú niño/a interior, mientras meditas sobre aquellas cosas que quedaron bajo la rosa; palabras de desprecio, desaprobación, burlas, insultos, maltratos, abusos...en fin. De la misma manera, puedes usar la escritura narrativa; escribe una carta a tú niño/a interior y escribe sobre lo mismo. Recuerda agradecer a ese niño/a que sobrevivió con las pocas herramientas que tenia en esos momentos y cuéntale que en su futuro todo esta bien, la oscuridad paso, y es hora de avanzar!
Salmos 139:13-14 “Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.14 ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien”.
Juan 13:7 “Ahora no entiendes lo que estoy haciendo —respondió Jesús—, pero lo entenderás más tarde”.
Salmos 94:14 “El Señor no rechazará a su pueblo; no abandonará a su posesión más preciada”.
